Gaudí acudía hacia el final
de su vida, todas las tardes a la iglesia de estilo barroco Sant Felip Neri,
situada en la plaza de igual nombre, muy próxima a la Catedral de Barcelona y
construida entre los años 1748 y 1752 por el arquitecto Pere Bertran. Aquí
llegaba a confesarse el arquitecto cada tarde, y además a visitar a su gran
amigo el mosén de la parroquia. Pero además, Joan Llimona i Bruguera, uno de
nuestros más importantes artistas modernistas, con tendencias hacia el
misticismo, y que ya había trabajado con Gaudí en algunas ocasiones, retrató en
dos retablos enormes al santo Felipe Neri en la mencionada iglesia, uno de los
cuales (de 1901) todavía puede verse en la iglesia, y ostenta el rostro nada
menos, que de Antoni Gaudí, que se dejó retratar por su amigo Llimona, en la
iglesia para la que él estaba trabajando unos medallones que todavía hoy
cuelgan de sus paredes. Como curiosidad, esta plaza ha sido escenario de
películas como “El perfume: Historia de un asesino” (Tom Tykwer 2006, Alemania)
y video clips como “My inmortal” (Evanescence 2003, Estados Unidos).
Emprendí una nueva incursión nocturna por el Park Güell, simplemente para llenar el vacío de mi desvelo por un enigma no resuelto. Me pareció que alguien me espiaba, y a pesar del miedo que eso me produjo, la curiosidad pudo más y esa sensación me impulsó a continuar mi camino en lugar de desandar mis pasos.
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EMOCIÓN Y CONMOCIÓN INTERIOR, al ver la fachada de la Iglesia de Sant Felip Neri con la fuente que la a compaña!!
ResponderEliminarEn lo personal, un recuerdo que llevo prendido en alma y corazón por siempre. Tal la magnitud de la emoción que me causó al conocerla (entonces no sabía de las frecuentes visitas de A. Gaudí ¡!) Es impresionante volver a sentir ese impacto!
Gracias Teresita por los comentarios, la verdad que es un lugar muy especial que emociona a toda alma sensible, y a mí personalmente por su relación con mi estimado arquitecto. Un abrazo desde Barcelona.
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