Fachada de la Pasión. Foto: 22 Junio 2013 |
El Templo Expiatorio de
la Sagrada Familia fue iniciado el 19 de marzo de 1882 a partir del proyecto
del arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar (1828-1901). A finales
de 1883, se encargó a Gaudí la continuación de las obras, labor que no abandonó
hasta su muerte, en 1926. A partir de entonces, varios arquitectos han
continuado la obra siguiendo la idea original de Gaudí, convirtiéndose en uno
de los signos de identidad más universales de la ciudad y del país. El templo
siempre ha sido expiatorio; es decir, desde sus inicios, se construye a partir
de donativos, aunque actualmente también con el dinero de la entrada de las
visitas turísticas. Son bien conocidos los problemas económicos que tuvo Gaudí
para continuar con la obra. En este sentido, él mismo dijo: "El Templo Expiatorio de la Sagrada
Familia lo hace el pueblo y se refleja en él. Es una obra que está en las manos
de Dios y en la voluntad del pueblo." La construcción continúa y dicen
que se podría terminar durante el primer tercio del siglo XXI. Pero ya estamos
en 2013… y aún queda mucho camino por recorrer… Tomé las fotos del templo con
la Luna la noche del 22 de junio de 2013. Al día siguiente se vería aun más
cerca nuestro, porque iba a ser Súper Luna, el día del año en que la Luna está
más cerca de la Tierra, por lo que se ve más grande y más brillante; pero
decidí acercarme el el 22 porque el tiempo está tan raro, que preferí no
arriesgarme a que se nublara. Efectivamente, fue como algo premonitorio, porque
al día siguiente se nubló en Barcelona. Era San Juan, y me encontraba cerca de
la Sagrada Familia. ¿Qué más podía pedir? Fue una noche especial, mágica. Hay
numerosas tradiciones a lo largo y ancho del Globo, pero todas coinciden en lo
mismo: es una noche para encender fuego, saltarlo o quemar en él aquello de lo
que nos queramos desprender; purificarnos por el agua en el mar, ríos,
manantiales o el rocío de la mañana; recoger plantas, como helecho macho,
verbena, o hierba de San Juan, para formar enramadas que utilizaremos a lo
largo del año. ¿Qué hicisteis vosotros? Yo creo que, como he hecho algunos
años, una de las formas más bonitas de pasarlo es dándose un baño de mar,
aunque este año no ha sido así. Una lástima, porque con esa Luna, habría sido
maravilloso. El resto de fotos (las que no son nocturnas) están también tomadas
por mí, otros días de este mismo año 2013, y sirven para ilustrar algunos
comentarios sobre el templo (o basílica) que deseaba compartir en este post,
que pretende explicar de una forma general el significado de cada una de las
fachadas del mismo.
Fachada del Nacimiento y Súper Luna. Foto: 22 Junio 2013 |
Fachada del Nacimiento
Este acceso lateral al
templo es el primero que se construyó y el más emblemático ya que es el único
que Gaudí terminó en vida. Aquí el arquitecto representó la parte humana de
Jesús y celebró su nacimiento mostrando una naturaleza exultante sobre una base
gótica. De hecho el nombre se debe a que muestra el nacimiento, la infancia y
la adolescencia de Jesús. La fachada está orientada al este, que es por donde
sale el sol cada día, de modo que expresa simbólicamente el nacimiento de la
Vida. Desde esta fachada se accede al templo a partir de un portal principal
central y dos portales laterales, dedicados a las tres virtudes teologales: la
esperanza, la caridad y la fe, nombres que reciben cada una de las tres
puertas. Estas tres virtudes son muy importantes en la vida de Jesús, en
analogía a san José, la Virgen y Jesús. Por encima se alzan cuatro campanarios,
dedicados a los apóstoles san Bernabé, san Judas, san Simón y san Matías,
ordenados de izquierda a derecha. En conjunto, representa la ilusión y el gozo
de la existencia, como ponen de manifiesto las esculturas, que simbolizan el
nacimiento de Jesús y sus primeros años de vida. La fachada también se ha
denominado de la Vida, del Gozo o de la Navidad, ya que en la presentación del
nacimiento de Jesús, Gaudí incluyó una serie de grupos escultóricos que son
propios de un belén. Ahora, no debemos dejar de lado algunos símbolos de esta
fachada que podrían interpretarse como propios de sociedades secretas, como la
masonería, o la alquimia. Así, las tortugas que sostienen las columnas, o el
pelícano que se abre el vientre, son algunos ejemplos que se hallan en este
fachada. El pelícano representa la chispa divina latente que anida en el
hombre, su sangre es vehículo de vida y resurrección y su color es blanco, simbolizando la superación de la primera fase
de la obra alquímica. La tercera fase supone pasar a través de la
experiencia del rojo, que queda plasmada en la explosión de una gran rosa roja
en el centro del pecho. Una interpretación de este animal, en otro tiempo
símbolo de Cristo, es la que habla de que sentía un amor tan fuerte por sus
hijos que, en el caso de pasar hambre, se abría el vientre con su propio pico
para alimentarlos. Otra versión dice que, irritado porque sus crías le
golpeaban con las alas, las mataba y luego, arrepentido, se suicidaba
clavándose el pico en el vientre. En una última versión del tema se descarta el
suicidio y que se clave el pico en el vientre y se habla de que sus lágrimas
resucitan a sus crías muertas. En la foto, la Súper
Luna (o casi), en la noche del 22 de junio 2013, con parte del conjunto
escultórico de la Fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia en primer plano.
La luna más grande del año, la podemos ver
unos pocos días del año gracias al fenómeno conocido como perigeo, es decir la
máxima aproximación que tendrá la Luna con la Tierra, unos 50.000 kilómetros más
cerca de nuestro planeta que lo normal. Además la Luna en el perigeo, parece un
14 % más grande y un 30% más brillante que en el apogeo. Bajo la Luna, se ve una “estrella rezagada azul”. Éstas
son estrellas que aparentan una edad menor que la del sistema solar a la que
pertenecen (se supone que se formaron junto a él). Su color es un indicador de
su masa y temperatura, y es más caliente que las rojas (al contrario de lo que
podríamos imaginar). Pero son más jóvenes solo aparentemente, pues en realidad
fueron pequeñas estrellas rojas que colisionaron con alguna estrella mayor,
obteniendo su masa estelar, aumentando su luminosidad y temperatura, por lo que
aparentan ser más jóvenes.
Parte de conjunto escultórico de la Fachada del Nacimiento. Foto: Mayo 2013 |
Fachada de la Pasión. Foto: 22 Junio 2013 |
Fachada de la Pasión
Es la segunda fachada
que se construyó, siguiendo el proyecto original de Gaudí. El arquitecto, que
dejó sólo apuntada la parte decorativa, previó que las generaciones futuras
harían alguna intervención según los gustos estéticos del momento. Éste es el
caso de la controvertida decoración escultórica de Josep María Subirachs y de
los vitrales de Joan Vila-Grau. La fachada recibe este nombre porque representa
la Pasión de Jesús, es decir, el dolor, el
sacrificio y la muerte, como queda escenificado en las doce estaciones del Vía
Crucis, elaborado con conjuntos escultóricos de gran dramatismo e intensidad
emotiva. Está orientada al oeste y, por lo tanto, recibe los últimos rayos del
sol, hasta que oscurece. Esta disposición acentúa el efecto simbólico de
oscuridad y penumbras que perseguía el arquitecto. Igual que las otras
fachadas, incluye tres accesos, también dedicados a la caridad, la esperanza y
la fe, y cuatro campanarios, dedicados a los apóstoles san Jaime el Menor, san
Bartolomé, santo Tomás y san Felipe, ordenados de izquierda a derecha. Estos
conjuntos están enmarcados por un gran porche de columnas alabeadas y
cornisamento de doble vertiente, que tiene encima una galería rampante de
pequeñas columnas que acentúa el drama del discurso. En este sentido, el propio
Gaudí dijo: "Me gustaría que diera
miedo y, para conseguirlo, no ahorraré el claroscuro, los motivos entrantes y
salientes, todo lo que resulte de más tétrico efecto" con el objetivo
de "dar idea de la crudeza del
Sacrificio". En la foto, un sacerdote. Fue
una curiosa casualidad encontrar un sacerdote del templo, tomándole fotografías
nocturnas. ¿Estaría aprovechando la gran Luna?, ¿o que era San Juan? Se veía
muy concentrado, así que no quise interrumpir su sesión fotográfica, aunque tal
vez hubiera sido mejor hablarle, pues mi intención era solo tomar un par de
fotografías, pero le noté preocupado con mi manera de rondarle.
Fachada de la Pasión. Foto: Mayo 2013 |
Esculturas de la Fachada
de la Pasión
Las esculturas de la fachada
de la Pasión destacan por el contraste que ejercen sobre el fondo, exento de
ornamentos y aparentemente compuesto con formas simples. Gaudí quería
simbolizar de este modo la desolación, el dolor y la muerte de Jesucristo.
Sobre este planteamiento, el escultor Josep María Subirachs realizó, desde 1986
hasta 2005, las doce estaciones del Vía
Crucis. Tal como corresponde, y comparándola con la fachada del Nacimiento, en
ésta faltan referencias a la alegría de la vida, como la ornamentación floral y
animal, y se acentúa la representación del sentimiento por la pérdida
irreversible en la muerte. Este pórtico dramático muestra el sacrificio hecho
por Jesús en favor de los humanos. Todos estos conjuntos, cargados de una
fuerte simbología, se acompañan de varios materiales y diseños que ayudan a
comprender mejor los temas
presentados. Como en la Fachada del Nacimiento, en ésta también aparecen
algunos elementos enigmáticos, como es el cuadrado mágico de orden cuatro, que es la disposición de una
serie de números enteros en una matriz de forma tal que la suma de los números
por columnas, filas y diagonales principales sea la misma, la constante mágica. Usualmente los
números empleados para rellenar las casillas son consecutivos, y oficialmente la constante mágica del cuadrado es 33,
la edad de Jesucristo en la Pasión. Pero también se ha atribuido la elección de
este número como una velada alusión a la supuesta adscripción masónica, en
realidad nunca demostrada, de Antoni Gaudí, ya que 33 son los grados tradicionales de la masonería. Encima de
este pórtico se alzan los campanarios, donde se observan frutos de otoño e
invierno (las épocas más oscuras y frías en Cataluña), como castañas, granadas
y naranjas, que completan la simbología mediterránea en esta parte del templo.
Parte superior de la Fachada del Ábside. Foto: Mayo 2013 |
Fachada del Ábside
El Ábside está
consagrado a la Virgen María, por la que Gaudí sentía una devoción especial.
Está construido sobre la cripta y sigue su forma de media circunferencia. Entre
sus muros hay siete capillas absidales que tienen unos esbeltos ventanales con
arcos apuntados que recuerdan los de estilo gótico, y que Gaudí perfeccionó.
Aún está sin acabar, pero en el exterior se dispondrán varias esculturas,
dedicadas a los fundadores de órdenes religiosas, como san Antonio Abad, san
Benito, santa Escolástica, san Bruno, san Francisco, san Elías y santa Clara,
ésta ya en su lugar. Encima de los ventanales hay varias gárgolas por las que se escurre el agua de la lluvia que cae
sobre las capillas. Los frontones del
ábside, muy estilizados y alargados, terminan en pináculos con los anagramas de
la Virgen María, de san José y de Cristo, éste acompañado de las letras alfa y
omega, que recuerdan el principio y el final de la vida. En la parte superior,
se encuentran representados varios elementos naturales, como la hoja de palma,
e incluso espigas de trigo o hierbas silvestres que evocan las que crecían en
el solar en que se levanta el templo. Las linternas de las capillas serán
piramidales y culminarán con una figuración simbólica de las invocaciones al
Mesías, que constituyen las antífonas de la última semana de Adviento. A ambos
lados del ábside se encuentran las escaleras laterales, con unos cuerpos que
tienen una estructura idéntica a los de las capillas. Las gárgolas representan
animales del medio terrestre y acuático, como sapos, salamanquesas, lagartijas,
serpientes, lagartos, salamandras y ranas, que tradicionalmente se han
considerado símbolos del mal. Por esto todos están situados en el exterior del
templo, al que no les está permitido entrar, y además están dispuestos hacia
abajo, huyendo de la pureza que irradian los símbolos de María. En las
escaleras laterales, las gárgolas representan figuras de caracoles de mar de
grandes dimensiones en el lado de Levante y caracoles de tierra en el de
Poniente, con la clara intención de simbolizar las referencias helicoidales
entre ambos (escaleras y caparazones de los caracoles), así como para indicar
que con lentitud y paciencia se consigue ascender y alcanzar los objetivos.
Gárgolas de la Fachada del Ábside. Foto: Mayo 2013 |
Parte de Fachada de la Gloria. Foto: Marzo 2013 |
Fachada de la Gloria
Es la fachada principal
por donde se entrará al interior del templo cuando esté terminado, pero en la
actualidad, poco se puede ver de ésta. Dada su importancia, Gaudí incluyó en el
proyecto la construcción, una gran escalinata exterior que daba acceso al tempo
con la solemnidad que el lugar exigía. La fachada de la Gloria recibe este
nombre porque representa la situación del ser humano dentro del orden general
de la creación: su origen, su problemática, los caminos que tiene que seguir y
su fin. Igual que las otras fachadas, incluirá tres accesos (un portal
principal, dedicado a la caridad, y dos portales laterales, dedicados a la
esperanza y la fe), y un porche de entrada con siete columnas que simbolizarán
los siete dones del Espíritu Santo, y que presentará las virtudes opuestas a
los pecados. Aún está en construcción,
pero una vez acabada, la fachada tendrá varios elementos esculpidos, y en la
parte superior, por encima de la cubierta del nártex, se extenderán, subiendo
por los cuatro campanarios, unas nubes de piedra que llevaran escrito, en
grandes caracteres, el Credo. Los campanarios estarán consagrados a los
apóstoles san Andrés, san Pedro, san Pablo y san Jaime el Mayor, ordenados de
izquierda a derecha. La fachada de la Gloria está orientada al sur, de modo que
el sol da en ella la mayor parte del día, en correspondencia con su
significado: la exaltación de la vida plena y su gozoso espíritu. En este
sentido, el propio Gaudí dijo: "la
Gloria es la luz, la luz da gozo y el gozo es la alegría del espíritu".
Por cuestiones técnicas, será la última de las fachadas en terminar de construirse,
y su diseño arquitectónico y decorativo sigue la idea original de Gaudí. La
fachada de la Gloria representa así las consecuencias del pecado y de la
virtud, y el cielo, adonde sólo se llega con la oración y los sacramentos. Por
ello, esta fachada mostrará, en orden ascendente, el infierno, la muerte, las
virtudes y los dones del Espíritu Santo, hasta llegar a la Trinidad Augusta,
situada en lo más alto.
Fachada del Nacimiento. Foto: Marzo 2013 |
Esculturas de la Fachada
de la Gloria
Las esculturas de la
fachada de la Gloria, aún en construcción, presentarán al ser humano dentro del
orden general de la creación, mostrándole su origen, su fin y los caminos que
debe seguir para conseguirlo. Gaudí hace resurgir en este espacio el dilema
eterno: el destino final del pecado, el infierno, y el destino final de la
virtud, el cielo. En sentido general, en esta fachada se verá cómo, mediante la
práctica de la virtud, el ser humano puede alcanzar la gloria a través de la
redención y de la ayuda constante de la gracia que otorga el Espíritu Santo. En
la zona más avanzada de la fachada, hay un porche sostenido por siete columnas,
que en la parte más baja mostrarán simbolizaciones del mundo del pecado, en
oposición a la parte superior, que estará dedicada a las virtudes. Así, en la
parte superior habrá tres elementos que representarán a la Santísima Trinidad:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Éste estará situado justo en el centro de una
estructura de formas conoidales y representado por una paloma blanca con las
alas desplegadas, sobre la inscripción en latín "Spiritum Sanctum".
En la parte superior, se podrá ver la figura del Hijo y, más arriba,
presidiendo la fachada, la del Padre, sobre la inscripción "Deum" y,
encima, "Credo". Las letras de esta palabra serán luminosas, para que
sean visibles tanto de día como de noche. Esta estructura estará envuelta por
una nube de piedra con inscripciones que narrarán la creación del mundo según
el Génesis. La foto que muestro es de la Fachada del Nacimiento.
Tumba de Gaudí. Foto: 10 Junio 2013 |
Claustro, Capillas y
Sacristías
El claustro del templo
tiene una disposición completamente original en la historia de la arquitectura
cristiana, dado que no forma el atrio, como en las basílicas latinas, ni está
adosado a un lado de la iglesia, como en los monasterios benedictinos y las
catedrales medievales. El claustro circunda todo el templo y sólo es
interrumpido por las puertas y el ábside, de modo que actúa como un muro
protector que custodia el interior del templo y lo separa del ruido exterior.
En este sentido, se puede decir que Gaudí utiliza exactamente el significado de
la palabra claustro, que quiere decir cerrar. También es un elemento de comunicación entre
las diferentes dependencias y permite el paso de procesiones en determinadas
solemnidades religiosas. Por esto, el propio Gaudí indicó: “El claustro estará hecho para rezar allí el rosario en procesión”.
Cada intersección del claustro con una fachada da lugar a una puerta ornamentada, dedicada a una advocación diferente de la Virgen
María. En cada punto en que el claustro hace esquina, habrá tres obeliscos,
mayor el central y los otros dos menores. Cada grupo simboliza un punto
cardinal, una virtud y una témpora (los ayunos que en cada estación hace el
pueblo cristiano), en agradecimiento por los frutos de la tierra. En la fachada
del Ábside, se construirá la capilla de la Asunción, dedicada a la Asunción de
la Virgen, conocida popularmente como la Virgen de Agosto, especialmente
venerada en Cataluña. El proyecto de Gaudí, inspirado en uno existente en la
catedral de Girona, incluye la corona dedicada a la Virgen, los pilares que
forman la estructura y los cortinajes que cuelgan de ella, así como los ángeles
que están representados en el modelo gerundense. La propuesta de Gaudí
presentará estos elementos en piedra y según su lenguaje personal, es decir,
con formas geométricas parabólicas y figuraciones de una rotunda modernidad. A
ambos lados de la capilla de la Asunción se despliega el claustro, que al
llegar al chaflán encontrará las sacristías. Éstas serán dos y tendrán unas
formas muy originales, según la geometría reglada, con las cubiertas
embellecidas con mosaico de color y su interior estructurado en seis niveles,
todos perfectamente iluminados por las numerosas aberturas externas. La Capilla de Nuestra Señora del Carmen, fue una de las
primeras intervenciones del arquitecto en la Sagrada Familia, cuando corrían
finales del año 1882. Aquí se encuentra la tumba de Gaudí, que reza: Antonius
Gaudí Cornet. Reusensis. Annos natus LXXIV, vitae exemplaris vir, eximiusque
artifex, mirabilis operis hujus, templi auctor, pie obiit Barcinone dit X Junii
MCMXXVI, hinc cineres tanti hominis, resurrectionem mortuorum expectant. R.I.P.
(aunque la losa es reconstruida en 1939, ya que la original, de 1926, fue
destruida en 1937 durante la Guerra Civil).
Entrada a la Cailla de Nuestra Señora del Carmen, en la Cripta, donde se halla la tumba de Antoni Gaudí. Foto: Mayo 2013 |
Entrada a la Capilla Nuestra Señora del Carmen. Foto: Mayo 2013 |
Nave central, naves
laterales y vitrales
El templo es de planta
basilical y tiene cinco naves; la central con una altura de 45 m y las
laterales de 29 m. La nave central y las naves laterales están sustentadas por
un sistema de columnas completamente nuevo en la historia de la arquitectura.
Ante la mirada del observador, el interior se presenta como un conjunto de
árboles con bellas alineaciones, de los que se puede ver el tronco, las ramas y
un montón de hojas. En este bosque de
columnas la
luz que se filtrará a través de los ventanales dará un aspecto bucólico y
creará una atmósfera de sotobosque. Las cubiertas de la nave central, vistas
desde el interior, estarán coronadas por unos edículos que harán de soporte de
unas lámparas con los anagramas de la Sagrada Familia. Cinco grandes escudos
parabólicos, puestos a cada lado, llevarán escrito "Amen" y la
alabanza "Al", "le", "lu", "ia",
distribuida por sílabas. Las grandes columnas que sostienen las bóvedas y las
cubiertas también representan a los apóstoles y las iglesias de todo el mundo.
Cabe destacar las columnas dedicadas a los apóstoles san Pedro y san Pablo, que
se encuentran situadas entre el crucero y el ábside, uniendo el arco triunfal
con el Calvario. En el exterior, las aguas de los tejados se escurren por unos
bajantes que a media altura se fijan a los muros con las alegorías y leyendas
siguientes: un frasco con la inscripción "myrra (mirra) -;
sacrificio", un incensario con la inscripción "thur (incienso) -;
oración" y un pequeño cofre con la inscripción "aurum (oro) -; almoina".
Al lado y sobre los ventanales se dispondrán imágenes de los santos fundadores
de órdenes religiosas, como san Juan Bosco, santa Joaquina Vedruna y san José
Oriol. El templo tiene vitrales en varios ventanales y aberturas. Hay que
destacar los realizados por el vidriero Joan Vila-Grau a partir de 1999,
construidos con cristales de diferentes colores fijados con plomada y hormigón.
En estos vitrales, Vila-Grau simboliza temas concretos mediante las masas de
colores. Los primeros vitrales que se colocaron fueron los de los transeptos,
que expresan la simbología prevista por Gaudí. El vitral principal del
transepto de la fachada de la Pasión representa la Resurrección, y los vitrales
laterales y los de la nave principal simbolizarán a los santos y santuarios
relacionados con la iglesia local representada en cada columna. Los vitrales
superiores de las naves laterales explicarán las parábolas de Jesús “Yo soy la
luz, la verdad y la vida”, “La resurrección”, etc. Los vitrales de la nave
central no tendrán color y se harán con cristales claros, traslúcidos o
rayados, para simbolizar la pureza, así como para permitir la máxima entrada de
luz en el interior.
La Súper Luna desde una de las farolas de la plaza frente a la Fachada de la Pasión. Foto: 22 Junio 2013 |
Interesante y útil : )
ResponderEliminarGracias, Vanessa!!
EliminarMuy buen trabajo. Esto se necesita en estos medios. Felicidades sinceras.
ResponderEliminarMuchas gracias!!
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