Reseñas

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La sombra de GAUDÍ
Alex Guerra Terra
Editorial Seleer 2014
Un adolescente de doce años que pasa un verano en casa de su singular bisabuela, padece de insomnio aquejado por el recuerdo de un amor no correspondido, y se escapa en las noches ante el llamado de un misterioso amigo que vive en el Park Güell, lindante al viejo caserón. Perdido por los recovecos oscuros del parque e iluminado por la tenue luz de la luna y las estrellas, Nicolás traba amistad con el extraño personaje, que dice llamarse Antoni. Un joven… un parque encantado… y su enigmático fantasma, se encuentran en esta deliciosa historia, en la que Nicolás verá amenazada su credibilidad,  la amistad con su mejor amigo e incluso su primer amor. Una historia en la que se irán incorporando personajes como los investigadores de fenómenos paranormales de la SEIP, en su incansable búsqueda de la verdad sobre la inmortalidad del alma y la existencia de un más allá,  y los amigos del muchacho, que se involucrarán en la historia de una u otra manera, con buenas intenciones algunos, y oscuros propósitos otros. Además, a través de la memoria de Gaudí en capítulos que transcurren en su época o en la actualidad a través de sus conversaciones con Nicolás, se realiza un viaje por el universo del genial arquitecto, que nos llevará a vivir y entender distintas etapas de su vida, las contradicciones entre los aspectos aparentemente grises de su personalidad y las exuberancias coloristas de su obra, y nos hablará de la historia de Barcelona para al final descubrir el misterio de la verdadera razón por la que aparece en la vida del joven y su bisabuela. En el transcurso del texto se expone de manera seria la metodología de trabajo del investigador de lo paranormal, e intentan desvelarse desde un punto de vista personal algunos de los misterios en torno a la figura de Gaudí, desmitificando su posible relación con la masonería o su adicción a las drogas, opinando sobre el lugar de su nacimiento, y explicando las posibles razones detrás de su celibato o su profundo sentimiento religioso.  

ElColorDeLasPalabras-Abr2013


El Prólogo
La figura de Antoni Gaudí a nivel internacional tiene una particular relevancia desde que su obra ha sido considerada un fiel exponente de una evolución personal que transformó al hombre, primero en genio y después en una persona muy evolucionada espiritualmente.
Es generalmente admitido que en la historia de la humanidad el desarrollo de nuevos conceptos matemáticos o la aplicación de los existentes en las formas arquitectónicas, conlleva en el orden metafísico la aparición de una nueva corriente espiritual. Antoni Gaudí quiso ser el arquitecto de Dios. Con este afán, construyó una obra que hoy en día atraviesa fronteras; su nombre es conocido universalmente. Una doctrina metafísica es la encarnación de una verdad universal.
Cuando se contempla alguna de las creaciones de Gaudí se percibe dentro de las formas el espíritu que las anima. Dice un viejo aforismo que “las piedras hablan y tienen corazón.” El cantero quita de la piedra bruta el elemento informe, hace de ella una verdad geométrica, una norma, una belleza ordenada según un prototipo universal: así es como martillea su alma para eliminar de ella lo caótico, lo artístico y lo tosco. El albañil coordina materias dispersas y hace con ellas el habitáculo de Dios: de caos indeterminado que era, su alma se convierte en el templo de la presencia divina, ese templo cuyo modelo es el universo. Gaudí convirtió en el Park Güell, un espacio público en un recinto sagrado.
Mucho se escribe y se dice de la obra de Gaudí. Se le atribuye su genialidad al consumo de drogas, se le adjudican incluso desviaciones sexuales, pertenencia a infinidad de órdenes pseudo espirituales, grupos y sectas de toda condición, todo ello por ignorancia profana y por carecer del sentido de la belleza. El amor a la Belleza es una cualidad que existe aparte de sus desviaciones sentimentales y de sus fundamentos intelectuales. El arte sagrado está hecho para vehicular las presencias espirituales; está hecho para Dios, los ángeles y los hombres a la vez. El hombre que posee el sentido de las formas puede no preferir un templo magnífico a una cabaña, pero siempre preferirá una cabaña a un palacio de mal gusto.
La belleza es un  espejo de felicidad y de verdad. Sin el elemento “felicidad” no queda más que la forma desnuda, geométrica, rítmica u otra; sin el elemento “verdad” no queda más que el goce puramente subjetivo, el lujo si se quiere. Los artistas quieren imponernos unos modos de originalidad perfectamente inverosímiles como si pudieran tener derecho a tan excesivas singularidades. Si fueran antiguos habitantes de la Atlántida o seres venidos de otros planetas, podríamos en principio, creerlos; pero, como son hombres de cultura moderna, sabemos lo que son; su originalidad no puede ser otra cosa que afectación y falsa filosofía.
A eso probablemente se refería Gaudí cuando decía: “El artista debe decir siempre y ante todo la verdad. No hay nada más ridículo que un arquitecto mentiroso, que un edificio que quiera aparentar otra cosa de lo que realmente es. ¿Puede haber algo más horroroso que un edificio que por fuera parezca un teatro y por dentro sea una iglesia? Cuanto más elevado sea el fin a que se destine un edificio, más pura, más auténtica y más íntegra debe ser la verdad de su construcción.”
La Belleza es siempre incomparable; no hay una belleza perfecta que sea más bella que otra belleza perfecta; el hecho que podamos preferir una determinada belleza a otra es una cuestión de afinidad personal o de relación complementaria, no de estética pura.
Un arte que “busca” es siempre falso; el arte antiguo nunca buscó nada; si a veces cambió fue por inspiración, no por un esfuerzo que no podía tener ningún motivo. Lo que es normal es que el ser humano busque su centro de inspiración más allá de sí mismo. No hay que perder nunca de vista que el arte tiene una misión de la que nada puede hacerle desviarse: la de transmitir valores espirituales ya sean verdades salvadoras o cualidades cósmicas, incluidas las virtudes humanas.
El edificio ya se trate de un templo, de un palacio o de una casa, representa el universo y también representa, pues, el “cuerpo místico”, la casa o la familia según los casos.
Dice un adagio alquimista: “Cambia tu Naturaleza y hallarás lo que buscas.” Gaudí era un gran observador de la Naturaleza, él decía que “todo sale del gran libro de la Naturaleza; las obras de los hombres son ya un libro impreso”. Aplicando el viejo aforismo de los alquimistas medievales que decían “natura non facit saltus”, la Naturaleza no actúa nunca bruscamente. Podemos entender que el proceso de cambio que se operó a nivel personal en la vida del genial arquitecto se operó también de una forma gradual. Hay pocos prejuicios tan contradictorios y estériles como la manía de la originalidad absoluta, la ambición de una creación artística que quiere partir de cero, como si también el hombre pudiera crear ex nihilo.
Hijo de Francisco Gaudí y Antonia Cornet, vio la luz el 25 de junio de 1852 en Riudoms (Tarragona) en el Mas de Calderera. Su padre, abuelo y bisabuelo tenían la profesión de caldereros a la cual Gaudí siempre se refirió con orgullo, y refería que de ahí le venía el sentido de percepción espacial, la capacidad de imaginar en tres dimensiones.
El lunes 7 de junio de 1926 a las 6 de la tarde en el cruce de Bailén con Gran Vía de les Corts Catalanes, fue atropellado por un tranvía de la línea 30 que hacía el recorrido del Arco de Triunfo a Plaza Cataluña. Como de costumbre se dirigía desde la Sagrada Familia hasta la iglesia de San Felipe Neri para orar. Confundido con un mendigo, desasistido por las personas que presenciaron el accidente que faltaron a las mínimas leyes de solidaridad y comportamiento humano, al final fue acompañado al dispensario de la Ronda de San Pedro por Ángel Tomás Mohíno, un joven de veintitrés años, que se sintió indignado por la falta de caridad de la gente y tuvo con él un gesto de humanidad. Del ambulatorio fue trasladado al Hospital Clínico, donde le dejaron en una sala pública con otros treinta y nueve enfermos que no tenían posibilidades económicas. A la mañana siguiente fue trasladado al Hospital de la Santa Cruz, ingresa en la sala de enfermos de una sala pública hasta que Parés y Sugranyes lo localizan.
Gaudí recobró el conocimiento el martes a la mañana, pidió los Santos Sacramentos, la confesión y la extremaunción. Los esfuerzos por salvarle la vida resultaron inútiles. Al final, el jueves 10 de junio de 1926 a las cinco de la tarde fallecía Antonio Gaudí. Fue sepultado en la capilla de la Virgen del Carmen en la cripta de la Sagrada Familia.  
Comparto con Alex Guerra la fascinación por el Arte y la Arquitectura. Es un placer y un orgullo escribir este breve prólogo. En “La Sombra de Gaudí”, Alex Guerra se acerca a la figura de Gaudí desde el rigor y el estudio de su obra, principalmente el Park Güell, donde desarrolla la apasionante trama de su novela, desde un ángulo en el cual sus biógrafos generalmente lo despachan en forma muy breve: sus amistades, su vida sentimental y su relación con las mujeres.
Sabemos que en el año 1881 trabaja para la cooperativa obrera de Mataró, la Mataronense, y en sus frecuentes visitas conoce a Pepeta Moreu, profesora en la escuela de la Cooperativa, de quien Gaudí se enamora. Cuando finalmente se le declara y le pide matrimonio, ella le anuncia que está comprometida con otro hombre. Se dice que en el pasado también se había enamorado de una joven extranjera, con la que luego pierde contacto cuando ella regresa a su país. “Uno de los beneficios que Dios me ha concedido es el don de la castidad; además de los dones que reporta espiritualmente, nos libra de muchas tribulaciones y amarguras: una de éstas es la de no tener que sufrir la pena de quedar viudo.”
Alex Guerra, con una exquisita sensibilidad, nos invita a un recorrido por la vida de Gaudí en su mundo de pasiones y relaciones afectivas, rodeados de una serie de fenómenos “inexplicables”. Se hace una pregunta para la que todos querríamos tener la respuesta: ¿qué ocurrió en esos tres días en los que Gaudí esperaba la muerte? ¿Qué tipo de pensamientos o sentimientos le asaltaron? ¿Hubo alguna mano piadosa que tratara de consolarle, con amor, en el momento del trance de la muerte? ¿Cuáles fueron sus últimas palabras?
Su formación académica, el rigor de sus conocimientos sobre la vida y obra de Gaudí  y la pasión que vuelca en esta novela, son los soportes para una lectura generosa, casi voraz, llena de descubrimientos y de ritmo a la que Alex Guerra nos invita en “La sombra de Gaudí”.

Bartolomé Bioque
Profesor de Metafísica y Psicología Evolutiva
Especialista en religiones comparadas
Escritor

16 comentarios:

  1. Te deseo muchas ventas, mucho exito. Te lo mereces amiga.
    Un fuerte abrazo¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Hola,Alex! Esto pinta muy bien. Apasionante mezcla de un gran personaje,que nos llevaras a conocer con el misterio del mas alla. Estoy frotandome las manos. Mucho exito!!!!!

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    1. Gracias, guapa, ya falta menos, os mantendré informados...

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  3. ¡Hola!

    Es curioso para mí que tengas otro libro con algo que me apasiona tanto. Desde los 13 años que quiero recorrer todas las obras de este increíble arquitecto... hay algo tan místico en la figura de este hombre y en cómo murió a su suerte.

    ¡Saludos desde Chile!

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    1. Pues compartimos pasión por el gran Maestro, así que estás invitada, si vienes a Barcelona, a conocer algunos de esos lugares de lo que hablo en el libro. Un fuerte abrazo!

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  4. estupendo tema para un libro,mucha suerte!!

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  5. Ya he escuchado la estupenda entrevista que te hicieron en Los Misterios Nos Miran, no lo habia hecho antes, me ha encantado, ya tengo ganas de leer el libro, espero que salga pronto, muy buena la entrevista, si. Enhorabuenaaaaa!!

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  6. Alex, no sabes las ganas que tengo de que lo publiques, jeje. El argumento me ha cautivado, sobre todo despues de leer tus ultimas entradas!! Ya sabes que te deseo todo lo mejor, pq eres grande como profesional y como persona! Un abrazo enorme!!

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    1. Querida Isabel, ya ves, recién hoy, casi 10 días después, veo tu mensaje... disculpa, no lo había visto. Mil gracias por tu comentario, espero para octubre-noviembre que ya esté en la calle. No falta tanto, si consideramos que el tiempo vuela!! Un abrazo, Isabel.

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  7. Realmente...promete...

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  8. Excelente sinopsis y prólogo de la obra, me la procuraré cuando esté en venta. Conocí la obra de Gaudi en 2011, me fascinó y siempre quise conocer más de su vida.
    Alex, estoy segura que va a tener éxito tu obra, felicitación! Tu blog lo encuentro sumamente interesante, he leído algunos artículos y regresaré. Encantada de conocerte. No puedo ser tu inscribirme porque tengo falla en mi gadget de Seguidores.
    Un abrazo y Feliz Año 2014.

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    1. Muchas gracias por tus palabras, no sé de dónde eres. De momento cuando el libro salga, en marzo 2014, estará a la venta solo en España. Espero que vivas aquí, y que puedas estar al corriente de las presentaciones que iremos haciendo. Un abrazo, y muchas gracias! Alex

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  9. Hola! que alegría me ha dado ver que existe un libro inspirado en el ,Gaudí al gran Maestro arquitecto que tanto admiro , si lo hubiese sabido me lo hubiese comprado, cuando fui a Barcelona a finales de Julio 2016, por algún motivo el destino me trajo a su pagina, andaba buscando reseñas de la sagrada familia para ponérselas a mis fotos,para subirlas a una galería, buscare su libro porque tengo un gran interés de leerlo ,Venga me imagino que habéis tenido suerte con el Saludos cordiales Feliz 2017 Rebeca

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